Por: Claroscuro
Y ahora nos levantamos con la volazón de barda de la
semana, el supuesto Presidente de México, Enrique Peña Nieto, no está en ningún
registro de datos que certifiquen que ha cursado algún grado académico, es
decir, no tiene ningún grado de estudios.
Ya nos las olíamos ¿no?, después de tantas barbaridades,
tanta ignorancia, tantas decisiones equivocadas, tanto descaro, y tantas
“reformas” partemadres, sólo era necesario que el Instituto Federal de Acceso a
la Información Pública (IFAI), nos confirmara que el registro de preparación
profesional de este señor es “inexistente”.
En marzo de este año, un ciudadano hizo la solicitud de
“cuáles han sido las instituciones de educación básica, superior y de posgrado
en las que ha estudiado el actual Presidente de la República, Enrique Peña
Nieto, así como los promedios obtenidos, y si se trata de instituciones pública
o privadas”, pero no se encontró dato alguno que pudiera llenar estas
interrogantes.
Y es que si usted, lector, o cualquier respetable
mexicano, quiere llegar a ocupar el cargo del Ejecutivo, no es necesario contar
con estudio alguno, dado que no es un requisito. Cuestión que nomás nos ha dado
en toditita la madre, puesto que muchos de los presidentes que ha tenido México
no saben ni modelar plastilina de colores, y pretender “dirigir” el presente y
el futuro de nuestro dolido país.
Con este “presidente”, es la misma, no sabe cortar con
tijeras de punta chata, pero qué tal recorta los presupuestos de fomento a la educación,
cultura y deporte he… Eso al parecer lo ha aprendido en la universidad de la
vida, o de la política desquiciada, porque al parecer él y todo su séquito,
saben contar muy bien sus tajadas.

Lo sorprendente (e indignante), es cómo el señor continúa
sentado en la silla presidencial haciendo y deshaciendo leyes, reformas y
presupuestos, ante los ojos impávidos de muchos. Como ciudadanos, en Sinismo
Blog pensamos que debemos exigir cuentas y demandar lo que México se merece; y
creemos que Peña Nieto dista mucho de ser lo que el país vale.
Híjole, y nosotros luchando por sacar la carrera y
tantito más para ser competentes en la vida laboral, mientras que los neófitos
y vividores asignan (o limitan) recursos a la educación, un área que al
parecer, jamás pisaron.
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